Las golosinas son un producto que los niños disfrutan de forma casi instintiva. Se elaboran con una textura agradable, colores vistosos, un olor dulce y sabor apetecible, de manera que estimulan y premian los sentidos. Y no es solo cosa de niños: muchos adultos también encontramos irresistibles las gominolas.
Como son tan apetecibles, son una recompensa estupenda para convertir un día “normal” en un día “extraordinario”. Es el producto que nunca faltará en fiestas, cumpleaños y días especiales de la vida de tus hijos.
Tomadas con moderación, las golosinas pueden incluirse en la dieta de prácticamente cualquier niño o adulto, ya que actualmente se tienen en cuenta las necesidades especiales a la hora de elaborarlas. Se fabrican sin ingredientes que pueden generar alergias e intolerancias alimentarias, y también existen golosinas sin azúcar para personas diabéticas.
Son un complemento muy cómodo para llevar encima -y de consumir- cuando necesitas un aporte extra de energía, como por ejemplo durante la práctica de ejercicio físico.