Llega el verano y junto con él las películas para niños. Sólo hay que echar un ojo a la cartelera para ver un montón de títulos infantiles ocupando las salas. No es para menos, en verano los niños tienen muchas horas que ocupar. Y el cine es una actividad estupenda que entretiene y puede ayudar a enseñar en valores.
Pero nosotros no vamos a hablarte de las mejores películas… Nuestra pregunta de hoy es: si entramos al cine con algo de comida, ¿qué es mejor? ¿Palomitas o golosinas?
Seguramente, lo primero que te viene a la cabeza es el tema de las calorías y el aporte nutricional. Las chuches arrastran la “mala fama” de calorías vacías, mientras que las palomitas son un producto de origen natural. Pero esta afirmación esconde una trampa: las palomitas de cine se preparan con gran cantidad de grasas poco saludables, con mucha sal y, si son dulces, también llevan mucho azúcar. Calcula: una ración grande de palomitas esconde 1200 calorías, nada más y nada menos. Eso son 30 caramelos, aproximadamente. Así que la balanza no está tan inclinada del lado de las palomitas como podría parecer al principio.
Si, además, pensamos en el ruido, las golosinas ganan por goleada a las palomitas, que en el cine pueden resultar bastante molestas para otros asistentes. Cierto es que ver una película infantil no es -en principio- una actividad seria y formal. Seguro que las palomitas no serán el único ruido que se escuche en la sala. Pero la verdad es que comerse una golosina mientras se se proyecta la película puede hacerse sin molestar a nadie, y no se puede decir lo mismo de las palomitas.